Páginas

segunda-feira, 26 de julho de 2010

Alguns comentários sobre: Violência e Pudor

Piera Aulagnier em seu livro "A Violência da Interpretação" nos brinda com uma frase inquientante: "viver é experimentar de maneira contínua uma situação de encontro". É de um encontro com o saber e do amor subjacente constituído que indico aos leitores desse blog um importante texto de Diana Rabinovich "Violência e Pudor". Nele, a psicanalista aborda o pudor sob a ótica da psicanálise tomando de Lacan sua teorização de base iniciada em "Kante com Sade"(1963). Nele, a experiência sadiana é compreendida no plano da violação, no mais íntimo do sujeito ao atingir seu pudor, “pois o pudor é ambiceptivo das conjunturas do ser: entre dois, o despudor de um constitui por si só a violação do pudor do outro” (783).
Diana áfirma que Lacan
"es el único psicoanalista que lo ha teorizado como algo correlativo de la constitución del sujeto, es decir, de la subjetivación como tal, si entendemos por sujeto al sujeto dividido, siempre, entre dos significantes S1 y S2; significante primero y significante segundo, que nunca alcanzan a delimitar, a producir un efecto de sujeto completo"(p.74).
O que Rabinovich destaca da teoria do pudor na obra de Lacan é justamente a relação do sujeito com o Outro, perpassando pelo objeto a e com isso demonstrando que o processo de subjetivação perpassa a causa do desejo e o mais-de-gozar. Assim ela faz uma travessia pelos escritos, seminários, e, principalmente, pelo texto capital da "Significação do Falo" tendo como fio condutor a questão do pudor. Neste último artigo de Lacan é destacado o momento em que Lacan conclui: “o demônio do pudor aidos (scham) surge no momento no qual o mistério antigo do falo é desvelado” (Lacan 1958). E sinaliza que falamos constantemente sobre o "vel do pudor". O ponto central é que o pudor está na divisão do sujeito enquanto posição de objeto a. Para Lacan, nos diz Diana, a única virtude do sujeito é o pudor e é justamente por isso que o analista deve respeita-lo e jamais violá-lo, constituindo, caso o viole, uma violência.
Não existe nada que nos completa, não há o homem ideal e não existe A Mulher, todos somos fraturados, divididos, o pudor é o reconhecimento simbólico disso. Rabinovich complementa:
Ante esta inexistencia de la relación sexual, aparece un horror al saber, en tanto saber inconsciente, ya que en él no hay inscripción que dé cuenta del sexo o de la sexualidad. Lo que centra es un vacío, justamente la inexistencia de la relación sexual. Porque no hay verdad del sexo, sino tan solo un agujero, el inconsciente habla todo el tiempo de él, sin mostrar la ausencia que lo rige. Y así como hay un horror al saber, también hay un amor al mismo, punto en el que Lacan desplaza el saber del amor, del deseo al amor.  
A violação do pudor constitui uma violência simbólica que toca do âmago do sujeito e o joga no desamparo rumo ao horror. Os mais diversos mecanismos perversos de violação são trabalhados, incuindo os realite shows como o big-brother. Viola-se também com o olhar, com o mostrar, com a voz e com o ato. Conclui-se então que a perversão está presente nas relações atuais, uma per versão, uma versão do mal. Cita Hanna Arendt para concluir que um mal radical está presente em nossa cultura e, com uma delicada e discreta crítica questiona aqueles que não querem saber nada sobre isso, no que está aos olhos, mas também no horror ao saber.
Leitura instigante, que merece releituras!
Essa resenha não abrange todo o texto, apenas é um recorte.
Onde conseguir: Psicoperspectivas revista de la escuela de psicología. Facultad de filosofía y educación. Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. vol. VI 2007 [pp. 73 - 81]

quinta-feira, 22 de julho de 2010

Criar ou Malcriar?

Interessante artigo de Diana Rabinovich, publicado por Mila Dosso no Jornal argentino Diario do Norte, reflete sobre a função dos pais na educação de seus filhos na sociedade atual. Ela analisa quais são os grandes obstáculos no exercício de suas funções que produzem nos pais uma destituição de seus lugares, além de muita culpa.
Atualmente, os pais transferem suas funções para a Escola, os legisladores que determinam se deve ou não dar uma palmada, gritar, colocar de castigo, proibir brincadeira e os acessos aos bens culturais. Com isso a sociedade apenas ensina para suas crianças que seus pais não tem condições de lhes oferecer nenhuma segurança, nenhuma amarração simbólica, suas heranças estão prejudicadas, desqualificadas e sem valor. Nenhuma figura de autoridade representativa das Leis simbólicas são merecedoras de atenção, respeito e muito menos admiração. Estamos em um momento complexo e repleto de menacismos de coisificação. Onde estão nossos sujeitos?
Boa leitura e reflexão!
"Nos dijo la directora que si sigue como el año pasado lo tengo que cambiar de escuela. Tiene malas notas, contesta mal, no presta atención”. “Pasa todo el día con la tele o la computadora. No lo puedo sacar”. “Es muy agresivo, tiene 9 años y se pelea con todo el mundo”. “No acepta la ropa que le quiero poner, no le puedo hacer tomar los remedios, si no hago la comida que él quiere no come”. “Apenas tiene 13 años y todo el día anda en la calle” “Si yo a los 5 años hacía eso me mataban”.

¿Por qué a los padres les cuesta tanto educar a sus hijos, ponerles límites?
Tradicionalmente el manejo de la autoridad en el núcleo familiar ha sido autocrático. Los padres imponían las normas, corregían, castigaban y premiaban. Ni el poder ni la autoridad se compartían con los hijos y era el papá, en definitiva, quien tenía la última palabra, porque en él residía la responsabilidad socioeconómica y moral de la familia. Creían en la naturaleza didáctica del rigor. Ejercían la autoridad incluso con dureza ante la idea de que nada era más provechoso que ‘un buen cachetazo a tiempo’, y enfrentaban los reproches filiales con un rotundo ‘ya me lo vas a agradecer’.
Los padres de hoy, en cambio, se retuercen de culpa ante cada ‘no’ o cada ‘basta’ y sienten pánico de que el futuro pase facturas. Les espanta parecerse a ciertos padres de antes y está bien. Pero al definir nuestro rol sólo por oposición, nos vamos al extremo del ‘sí’ fácil. Y eso también se paga. Décadas de tolerancia en la crianza de los hijos, aplicadas por padres culposos, generaron niños con grandes dificultades para asumir responsabilidades, respetar
límites o demostrar respeto por los demás.
El problema no es que el sistema que funcionó durante décadas se haya resquebrajado o dejado de funcionar. El problema, según los que saben, es que aún no se ha reemplazado ese modelo por otro en el que los chicos asuman responsabilidades e incorporen normas familiares de otro modo. Desde esta óptica y en algunos aspectos, la equiparación de roles entre el papá y la mamá en el seno familiar no parece haber sido del todo beneficiosa. La mamá siempre fue asimilada a ‘lo calentito’ del hogar, la que aportaba la calidez, la contención y hasta cierta complicidad. El padre, a la voz categórica y definitiva, sin discusiones. Hoy, al tener tantos roles, la madre perdió su histórica función, y eso no sólo está complicando las identificaciones sino que los hijos no tienen muy claro cuál es el papel de cada uno de los padres y en quién reside la autoridad.
¿Criar o malcriar?
Los especialistas aseguran que los límites son fundamentales para que el chico pueda incorporar una protección. “Dejar que un hijo crezca con absoluta libertad no es criar sino malcriar”, afirman. La crianza tiene que ver con una limitación, y no poner límites es dejar al chico a expensas de buscar sus propias limitaciones. Los límites son los valores, reglas y normas, en los cuales cada ser humano estructura su personalidad. Son parámetros conductuales aprendidos que rigen el comportamiento e indican si es adecuado o no. Los padres tienen que balancear entre fomentar la confianza y la autonomía de sus hijos y enseñarles que el mundo puede ser un lugar peligroso e inseguro.
Pero en ocasiones algunos papás dan demasiada libertad en cuestiones no muy apropiadas o demasiados privilegios antes de que los niños o adolescentes estén adecuadamente preparados para ello; por otro lado, otros mantienen un control demasiado rígido con los hijos negándoles las oportunidades para madurar y aprender a tomar decisiones por sí mismos, y a aceptar las consecuencias.
Cuando los chicos provocan o se portan mal, están pidiendo desesperadamente alguna autoridad que les quite la responsabilidad de autolimitarse. Nos guste o no somos limitados, no somos omnipotentes. Y aprender eso desde pequeños puede ayudarnos de adultos. La realidad no es tan manipulable como los chicos imaginan desde su pensamiento mágico y egocéntrico. Por eso hay que enseñarles a aceptar un no, a entender que no todo saldrá
siempre como lo desea, que no siempre va a lograr lo que se propone.
De esta manera va a desarrollar tolerancia a la frustración, un rasgo fundamental de la personalidad adulta. Así, cuando un papá o una mamá dicen ‘eso no’, ‘basta’ o ‘no hay más’ están funcionando como representantes de lo real para ese hijo: le están adelantando situaciones que tarde o temprano deberá experimentar. Lo están ayudando a crecer. No hay recetas.
No se trata de andar a los gritos ni a los golpes. Basta con decir no y sostenerlo. Basta con bancarse, por un rato, ser ‘el malo de la película’. En algunos casos hay también, por parte de los padres, un exceso de explicaciones: hay razones que tienen que ver nada más que con el “porque yo lo digo”, es decir, con que uno es el adulto y decide, sin ninguna otra razón o explicación. Sin embargo, los adultos de hoy explican tanto el “porque no” que parece que estuviesen pidiendo disculpas, que no estuvieran seguros de lo que hacen y dicen, lo cual es también nocivo para los chicos.
Otro enemigo recurrente de los límites es el consumo. Muchos padres silencian las demandas de los hijos con objetos y regalos: “si te bañás te compro algo”, “si hacés los deberes te llevo al cine”. De esta manera, se entra en una negociación permanente con el chico, lo cual lo va a convertir en un transgresor, porque no incorpora la norma
sino la negociación.
Pero sea por comodidad, sea por confusión, los padres de hoy huyen despavoridos de la posibilidad de poner límites. No es fácil. Los hijos le devuelven a los padres un espejo de lo que hicieron, de lo que hacen. Lo que hace un chico suele hablar de los grandes que lo rodean. De modo que prestemos atención cuando corroboramos que nuestro hijo es agresivo, mal criado, mal educado o haragán.
“Se ha devaluado y degradado la idea de mérito, de que hemos de merecer algo en función de lo que hemos hecho para obtenerlo. Se ve claramente en la supresión de sanciones adecuadas en las escuelas. No se corrigen las faltas de ortografía o de gramática y la consecuencia está a la vista: los jóvenes no saben escribir ni leer, ni hablar, y circulan con un vocabulario paupérrimo. Casi puede afirmarse que hay un trabajo en contra de nuestro carácter de seres determinados por la cultura, una dimisión de la civilización, y cada vez se enfatiza más que seamos animales alegres, pero animales por fin `naturales’. Un ejemplo de ello es la pérdida de pudor, que sabemos tiene determinaciones históricas, cosa de la que se da prueba claramente en la televisión, que ha creado una cultura en la que mostrarlo todo está bien, burlarse y humillar al prójimo también”. (Diana Rabinovich, profesora titular de la Facultad de Psicología de la UBA.)

segunda-feira, 19 de julho de 2010

Museu Mefistofélico no Curso Livre Folclore e Cultura Popular

Com o intuito de fazer circular as boas falas e as pesquisas de ponta que não são midiáticas, nosso blog prestigia o Curso Livre de Folclore e Cultura Popular que acontece essa semana no Rio de Janeiro e em especial, a palestra do Prof. Dr. Alexandre Corrêa intitulada "O Museu Mefistofélico: Museologização da Magia Negra no Tombamento do Primeiro Patrimônio Etnográfico do Brasil" que será ministrada no dia 22/07/20104 as 14hs. Trata-se de uma pesquisa de cunho antropológico e da sociologia da cultura que faz um dialógo com a psicanálise, literatura, filosofia e artes.
Vale conferir!
"Com o tema "Biografias: trajetórias e escritas culturais", o Centro Nacional de Folclore e Cultura Popular (CNFCP) vai realizar, de 19 a 30 de julho, a edição 2010 do Curso Livre de Folclore e Cultura Popular, com a intenção de fazer um recorte amplo e refletir sobre as relações possíveis entre o biográfico e o popular".
Serviço: Curso Livre de Folclore e Cultura Popular 2010Período: 19 a 30 de julho de 2010. 30 de agosto de 2009 - entrega de trabalhos finais (opcional) Inscrições De 05 a 09 de julho de 2009, de 10h às 17hTaxa: R$ 100,00 Vagas: 50 Carga horária 80 horas - 50 horas-aula, 30 horas de atividades extras
Local Auditório do Museu de Folclore Edison Carneiro InformaçõesSetor de PesquisaCentro Nacional de Folclore e Cultura Popular Rua do Catete, 179 (metrô Catete), Rio de Janeiro, RJ pesq.folclore@iphan.gov.br Tel: (21) 2285.0441 / 2285.0891, ramais 214 e 215 Fax: (21) 2285.0441 / 2285.0891, ramal 214 Realização Centro Nacional de Folclore e Cultura Popular / IPHAN / Ministério da Cultura Parceria Núcleo de Cultura Popular do Instituto de Artes/UERJ Apoio Associação Cultural de Amigos do Museu de Folclore Edison Carneiro

segunda-feira, 5 de julho de 2010

As Impertinências de um reconhecimento


O que o Outro quer de mim? O que o Outro quer comigo? O que queres? Essas são as primeiras interrogações que o sujeito faz para alcançar o amor e o reconhecimento. Diante do júbilo do olhar da mãe, o bebê se identifica com sua imagem no espelho. Nesse tempo, esse sujeito em constituição se oferece em conformidade ao desejo do Outro até o momento em que a privação desse olhar jubiloso abrirá espaço para a castração introduzindo a falta, em forma de Lei, motor do desejo.
Freud nos dizia que tudo o que queremos se traduz em dois significantes: amor e reconhecimento. Nossa trajetória visa alcançar esses dois tesouros. Quais os caminhos identificatórios que situam o sujeito diante do que procura? Quais as imagens de sucesso, fama, felicidade, alegria, bem-estar e prazer que são oferecidas?
Participar na formação de profissionais no campo ético e perpassado pelo respeito e a dignidade, como é o caso de inúmeras profissões, como, por exemplo, a de professor é positivada no imaginário social com o signo do bem sucedido?
Dedicar horas em pesquisas e estudos que culminam em melhor qualidade de vida de uma coletividade é positivado com a marca da felicidade e do prazer?
Quais são os ideais que circulam em nossa sociedade e que nutrem diariamente os sonhos de nossas crianças e nossos jovens?
Uma criança que acompanha seus pais trabalharem dia e noite com seriedade e paixão, mas ao final do mês percebe que seus pais, que se dedicam tanto ao TRABALHO, não podem usufruir de equipamentos culturais e de lazer porque não recebem o suficiente para ir ao cinema, teatro, comprar bons livros e realizar viagens e festas para celebrar suas próprias vidas, certamente vai questionar sobre o reconhecimento de suas práticas e compará-las com o que é reconhecido coletivamente.
O que é reconhecido em nossa sociedade e que recebe com insistência de toda a mídia dozes intensas e quase histéricas de aplausos e júbilo? Façamos um teste: é só ir a uma banca de jornal com uma criança de seu convívio e conversar um pouco com ela sobre o que viu, o que achou e o que percebeu. A maioria dos meninos quer ser jogador de futebol e a maioria das meninas atriz, modelo ou cantora. Será que o imaginário social indica com entusiasmo o prazer que a leitura de um bom livro pode produzir? Parece que prazer e dimensão simbólica estão mutuamente excluídos. Se há alguma relação entre prazer e livro, parece haver apenas naquele retirado das revistas masculinas, que não inclui a dimensão simbólica, mas apenas o prazer em olhar o belo ou o erótico, quando não é pornográfico (uma questão de intimidade e escolha de cada um). Bem, aqui também há outra questão interessante. Existe a “censura” da faixa etária indicativa em filmes e peças de teatro. Indicação que serve para orientar os pais, mas que por lei não pode proibir, pois só compete aos pais a decisão do acesso de seus filhos às produções culturais, o que não ocorre nas bancas de jornais e nos orelhões de algumas cidades. A questão não é moral, pois o sexo faz parte da vida e o belo é seu sustento. O que está em pauta nessa reflexão é o processo de reconhecimento coletivo em nossa sociedade que interfere diretamente na construção dos ideais de cada sujeito. E o primeiro acesso ao reconhecimento é pelo imaginário, a dimensão simbólica é um processo a posteriori que vem num só depois de toda uma rede de significações tecidas.
É importante pensar sobre o que é fonte de reconhecimento numa época de Copa do Mundo em que os jornalistas esportivos erguem os jogadores e seus times ao panteão dos deuses, em que jogadores de futebol, ídolos se milhares de crianças e jovens, ganham somas absurdas de dinheiro, assumem práticas ilegais e criminosas e são acolhidos sem passar pela Lei e pelas conseqüências dos seus atos. Pior ainda, numa época em que pessoas não podem andar tranquilamente pelas ruas, não por conta de assaltos, mas porque podem ser jogadas pelos ares em chamas se tiver o azar de pisar em um bueiro da light no momento de sua explosão.
São constantes as reclamações sobre o comportamento de crianças e jovens, sobre a violência nas escolas, sobre a falta de limites, sobre a intolerância e assim segue uma vasta lista de queixas que só encenam um imaginário social resultante das impertinências de um reconhecimento de personagens que quanto menos estudam mais ganham, quanto menos respeitam mais são respeitados, quanto mais sínicos mais reconhecidos como espertos e inteligentes.Diante do espelho, o que nosso País deseja revelar e diante de que imagens quer produzir júbilo?